Sánchez pretende alargar la rebaja del IVA de los alimentos y la luz y la bonificación a los transportistas
La decisión del presidente Sánchez de adelantar las elecciones generales al 23 de julio tendrá una consecuencia directa sobre el bolsillo de las familias. Según los medios consultados por OKDIARIO, el Ejecutivo planea extender las rebajas del IVA de los alimentos y del recibo de la luz, así como la bonificación del gasóleo de los transportistas cuya extinción estaba prevista para finales de junio. El objetivo del Gobierno es evitar dar nuevos argumentos electorales a la oposición avivando el rechazo en los colectivos afectados, que aunque estaban al tanto de los plazos legales, podrían reaccionar con más agresividad de la prevista a esta decisión en el marco de una convocatoria electoral, y así dar opciones adicionales al Partido Popular.
Este martes se disuelven las Cortes Generales, de manera que tendrá que ser la Diputación Permanente del Congreso la que prolongue las rebajas citadas. La decisión tiene el inconveniente de que la vicepresidenta Calviño ya había dado su palabra y que además volvería a contravenir la recomendación insistente de la Comisión Europa en el sentido de que los que países liquiden cuanto antes y definitivamente este tipo de ayudas y concentren las subvenciones en aquellos colectivos que de verdad lo necesiten. Lo contrario, que es lo previsiblemente sucederá, sería extender, más allá de lo previsto, la discriminación en el trato de los gobiernos a sus ciudadanos y perjudicar el mercado único.
Por otra parte, la medida que baraja el equipo de la ministra Calviño tendría un perjuicio adicional: seguir elevando el gasto del Estado y el déficit público del país, que en términos estructurales está por encima del 4% del PIB, uno de los niveles más altos de la Unión, y su efecto correspondiente en la deuda pública, en cotas igualmente elevadas, sólo superadas por Italia y Grecia.
Todas estas medidas se idearon durante los tiempos de la pandemia y la posterior guerra de Ucrania, sobre todo con motivo de la escalada alcista de la inflación, que llegó a superar el 10% de media en España durante 2021, y que aunque se ha ido desacelerando a lo largo del ejercicio pasado ofrece resistencia a la baja, principalmente en lo que respecta al índice subyacente, que descuenta la volatilidad de los alimentos y de la energía. Precisamente, han sido estos dos productos los que se encarecieron espectacularmente con motivo de la pandemia y la guerra de Ucrania, que venía siendo hasta entonces el exportador principal de cereales a España, mientras el frenazo al gas ruso también ocasionó una fuerte presión sobre los precios de la electricidad.
El precio de los alimentos se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los españoles, que ven cómo pagan más cada vez que van a la compra, pese a que en su cesta hay menos productos. Concretamente, en el mes de marzo, alimentos básicos como los huevos, la leche o el aceite se encarecieron hasta un 30%, lo que deja en evidencia la escasa efectividad de la rebaja del IVA del Gobierno.
El producto que más se ha encarecido en el último año, teniendo en cuenta que su precio ya se desbocó tras el estallido de la guerra de Ucrania, ha sido el aceite: sólo en el mes de marzo se ha encarecido un 1,4%, mientras que en comparación con el mismo mes del año anterior, ha incrementado su precio en un 32,1%. Y eso que el aceite es uno de los productos que tienen el IVA rebajado del 10% al 5%, una medida puesta en marcha por el Gobierno para frenar la inflación alimentaria, algo que no está teniendo efecto dado que desde que entró en vigor esta propuesta el aceite es un 3% más caro.
En esta misma línea, la leche se ha encarecido un 30% en el último año, mientras que los huevos y el arroz han incrementado su precio en un 24,5% y un 22% respectivamente. Por su parte, los yogures y el queso cuestan un 19% más que en marzo de 2022 y el precio del pan y la pasta ha subido entre un 10% y un 15%. Pero sin duda, en el precio de las verduras es donde más se nota, con un encarecimiento del 27,8% pese a que desde el 1 de enero, frutas, verduras y hortalizas redujeron su IVA del 4% al 0%.